Cualquier jugador que se considere atento puede probar este sistema de ruleta. No está diseñado para jugadores llamativos, sino para aquellos que prefieren una estrategia conservadora sin riesgos.
Hay que señalar de entrada que esta estrategia se considera bastante popular y, como dicen muchos, se utilizaba hace bastante tiempo, en el siglo XIV. Ha evolucionado con el tiempo y ahora es un sistema sencillo que todo el mundo puede seguir.
Tiene la ventaja de ser muy sencillo. Se puede utilizar junto con estrategias más complejas, lo que hace que cualquier jugador pueda conseguir buenos resultados.
Todo lo que se necesita es una buena estrategia de juego. Pero, ¿cómo se consigue esto? Hay que apostar por docenas. Más concretamente, hay que apostar a 2 de las 3 docenas de la ruleta. No hay nada complicado en ello.
Para empezar, hay que observar los giros consecutivos, y se verá claramente cuándo hay que empezar. Y enseguida vale la pena apostar por las decenas que no salieron en la última tirada. Por ejemplo, si la tirada terminó en el número 21, que cae en la segunda docena, entonces vale la pena apostar por 1 o 3 docenas.
Y si la apuesta no juega en una tirada y vuelve a salir la segunda docena, vale la pena apostar 1 euro más en esas docenas que no salieron. No debe apostar cantidades diferentes en las 2 docenas que seleccione, ya que la lógica se romperá.
Por ejemplo, el jugador estaba observando y esperando el giro correcto, y el número 7 apareció. Es decir, es un número de la primera docena. Es decir, es lógico apostar por la 2ª y 3ª docena. Por ejemplo, la próxima vez que aparezca el número 10, significa perder. Por lo tanto, se debe hacer una nueva apuesta de 1 ficha más que la cantidad anterior. Entonces apareció el número 22, que es la segunda docena, y la próxima vez deberías cambiar tu atención a 1 o 3 docenas. Pero el tamaño de la apuesta no cambia. Esto debe hacerse hasta que se alcance el límite semanal de ganancias.